Capoeira en Familia

Dejo aquí el artículo escrito por Isa de la Asociación Volem Creixer, después de participar de un taller de Capoeira Angola en familia. Creo que ilustra muy bien como se vive esta experiencia. Gracias Isa, por compartir 😉

familiaEsa mañana de sábado 26 de octubre amaneció caluroso y estival como si ya se tratara de un viaje al trópico. Los adultos ya veníamos concienciados de que en algún momento deberíamos destapar a ese niño interior. Los niños venían con ganas de reencontrarse con sus amigos y con alguna que otra pregunta sobre la capoeira.

Dani y su compañero entraron cargados de instrumentos extraños y de material que a todos nos llamaba la atención. Con su tono de voz calmado y su acento embriagador nos ofreció imágenes donde la capoeira era un código, un lenguaje entre dos personas y nos adentraba en un mundo lejano y atemporal fascinante.

Empezamos en movimiento como de un juego de niños se tratara. Los animales de la selva y de la sabana que más hechizan a los pequeños tomaban forma. Grandes y pequeños nos movíamos como podíamos y sabíamos en un espacio donde la mirada se cruzaba y ,curiosamente, era la misma.

Los canguros dieron mucho juego, tanto,que fue el anzuelo para algunas dinámicas cuando los pequeños se dispersaban.

Entre juego de movimientos y animaladas cambiamos de dinámica varias veces y era lo más inquietante ya que, al margen de algunos/as niños/as, creabamos un círculo mágico que nos convertía en tribu. Nuestra mirada de adulto social nos delataba a menudo con “ese no entender”, que en el fondo era “ese ya sabemos” primitivo. Los cantos, los ritmos… parecían de otra cultura pero era, en realidad muy cercana.

Cansados de pisar la tierra firme optamos por adentrarnos en la inmesidad del océano. El pez bola y la mantarraya nos mostraron su vaivén por el mar con el poder de observación y previsión. Nos convertíamos tanto el raya como en bola, rodábamos y apuntábamos a ritmo de berimbao. L@s niñ@s iban y venían según su interés. Todos los adultos pensabamos que no les alucinaba la dinámica tanto como a nosotros y que inmersos en su juego no les llegaba nada.

En los últimos momentos de la mañana los niños danzaban a su aire y Dani nos ofreció a los adultos un reto, una oportunidad… la del juego con uno mismo. Volvimos a años atrás de nuestra infancia y adolescencia, cuando jugábamos con nuestros cuerpos a llegar más allá, cuando jubábamos a hacer acrobácias.

Mirabamos a Dani con esos movimientos rápidos y explosivos, donde utilizaba tanto los brazos como las piernas para ejecutar maniobras de agilidad en forma de patadas, giros y derribos y, nos reíamos de nuestra lentitud.nino02

Para finalizar, como es típico en la capoeira, hicimos una roda donde dos participantes de forma voluntaria- uno de ellos siempre era Dani- demostraban la maña de la lucha amistosa,  y los demás formaban un círculo cantando y tocando las palmas para darles toda la energía.

Disfrutamos, como se dice, como enanos… llegamos a casa y algunas de las familias practicamos algun movimento y, sorprendidos, l@s niñ@s captaron la esencia de la danza y el movimiento. Estaban cautivados de la capoeira sin quererlo.

Y nosotros que pensábamos que no se habían enterado de nada…. Alucinamos de cuántas cosas se acordaban y de las ganas de querer practicar con nosotros, con esos niños grandes que pocas veces se dejan ver.

Terminaré con las palabras que aún recuerdo de Dani y que viví o entendí en toda la mañana : “ La Capoeira fomenta desde su interior el respeto, la responsabilidad, la seguridad, la inteligencia y la libertad”.

Y con ese respeto inteligente a la infancia, desde la seguridad y responsabilidad que los adultos les dábamos,  nos dieron una lección para entender mejor la libertad.

 

Gracias niñ@s, gracias Dani